Bueno, pues ya estamos otra vez por aquí, y esta vez, aprovechando que ya hay fresas en todos las tiendas, vamos a hacer una recetilla más fresquita, nada empalagosa y que por norma general gusta mucho a todo el mundo, y para ello vamos a utilizar fruta fresca, o sea, FRESAS. Así que, ¡comenzamos!
INGREDIENTES (para el bizcocho de nata):
- Una taza de harina (la tamizamos).
- Media taza de azúcar.
- Un sobre de levadura tipo "royal" (yo utilizo de marca blanca, que es más económica y da el mismo resultado)
- Cuatro huevos (separamos yemas de claras)
- Un vaso de nata para montar o de postres (un envase de 200 ml es el equivalente)
INGREDIENTES (para el relleno, cobertura y decoración):
- 500 grs de fresas (lavadas y sin rabito)
- Un vaso de azúcar granulada.
- Medio vaso de azúcar glas o impalpable ( yo no utilicé toda, no quería que saliera demasiado dulce, así qué tomad la medida como referencia y después empleáis la cantidad al gusto)
- Tres vasos de nata para montar o de postres ( o lo que viene a ser lo mismo, un pack de tres bricks pequeños, de 200 ml.), uno va a ser para el relleno y dos para la cobertura.
- Cinco láminas de gelatina neutra (serían para dar un poquito de consistencia y aguante tanto a la cobertura como al relleno, así que también es un poco una cantidad de referencia, pero igual, las empleáis un poco al gusto de cómo prefiráis la consistencia de las cremas).
- Medio vaso de agua.
ELABORACIÓN:
Montamos la nata (sin azúcar, pues la pondremos más adelante) y las claras (también sin azúcar).
Batimos las yemas con el azúcar (ahora sí) hasta que blanqueen.
Añadimos la nata (con movimientos envolventes) hasta que integre del todo.
Añadimos la harina y la levadura tamizadas poco a poco, hasta que integren (no queremos que la masa baje, así que lo hacemos con espátula y movimientos envolventes) e integramos las claras montadas poco a poco.
Y el resultado es una crema espesa con mucho volúmen que pondremos en un molde engrasado ( yo le espolvoreo harina, a la vieja usanza) y ¡al horno con ella!, calor arriba y abajo, 170 grados unos 45 minutos ( ¡no lo abráis antes, que no sube! )
Mientras nuestro bizcocho cuece, pasamos con el relleno:
Vamos a elaborar una crema de fresas con nata, para ello, comenzamos montando un vaso de nata que reservaremos en la nevera.
Seguiremos elaborando una confitura con fresas y para ello, escogeremos las fresas más feitas y que no nos sirvan para la decoración (unos 300-350 grs), y las ponemos troceadas (trozos grandes) en una cacerola a fuego medio con el medio vaso de agua y el vaso de azúcar granulado.
Las dejamos cocer despacito hasta que espese el jarabe resultante del azúcar con el agua y el zumito que expulsa la fresa.
¡OJO! No queremos que se haga un puré de fresas, la gracia de este relleno es precisamente encontrar trozos de fresa en los bocados que le demos a nuestra tarta, por eso, cuando esté cocinándose la confitura no la remováis, que se rompen los trocitos de las fresas, simplemente agitad suavemente la cacerola agarrando por las dos asas.
Y este sería el resultado:
Colamos el resultante de la cocción y reservamos el jarabe para darle una capa de almíbar al bizcocho, y en la confitura caliente disolvemos 2 o 3 láminas de gelatina (ya hidratada).
Cuando enfríe (lo suficiente para poder trabajarla, sin que haya gelatinizado del todo) le vamos añadiendo la nata montada fría, poco a poco y en movimiento envolvente, hasta integrar en su totalidad. Reservamos en la nevera.
Ahora montaremos la nata que emplearemos para la cobertura, y para que tenga un poquito de consistencia, le añadiremos la gelatina neutra (hidratada) disuelta en un chorrito de leche caliente. La integramos en hilillo y muy poco a poco, mientras estamos batiendo la nata con las barillas, lo podemos hacer intercalando el azúcar glas y el chorrito de leche con gelatina, así no coge demasiada temperatura y monta bien.
Bueno, nuestro bizcocho ya estará, así que ya los siguientes pasos casi que son a vuestra elección. Me explico: podeís laminar el bizcocho en cuántas capas prefiráis, 2 o 3, o a la mitad solamente, poner almíbar de fresa o no, rellenar con más o menos cantidad, y decorar a vuestro gusto, yo os muestro el resultado de la mía y si os gusta, pues nada, la podéis hacer igual.
EL RESULTADO:
EL CORTE INTERIOR:
Como veis en la imagen, se pueden apreciar perfectamente los trocitos de nuestras fresas confitadas. La verdad es que el resultado fue espectacular: el bizcocho muy esponjoso, el relleno delicioso y muy cremoso, con esa mezcla de dulce de la nata y ácido de las fresas naturales, y ese toque original de la corona de láminas de fresas en la base que la hace muy especial.
Bueno, espero que os animéis y que os guste mucho, ¡Besines!
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